Hoy habría sido el cumpleaños de mi abuela Irma, habría cumplido 89, pero se murió hace 4 años. De ella heredé el amor por cocinar, por pasar tiempo experimentando y ensayando con recetas e ingredientes, y por dedicar muchas horas en la cocina haciendo cosas para las personas que más quería, para nosotros, su familia. También hacía cosas ricas para sus amigas, cuando iban a visitarla a jugar cartas en su casa. Y le ayudaba a su hermana mayor, a cocinar para los banquetes de la comunidad libanesa caleña.
Mi abuela era hija de un inmigrante libanés, que llegó a Cali huyendo de las guerras, y de una payanesa. Se casó con mi abuelo Jesús, que era catalán, y de su suegra, Eulalia, aprendió a cocinar también cosas españolas.
Todo le quedaba rico, hacía cosas que para mí hoy en día resultan complicadísimas por la cantidad de ingredientes y pasos que requieren, pero ella lo disfrutaba mucho. Yo sigo haciendo su famoso arroz a la parmesana, más conocido por mis amigos como «arroz de la abuela», sus papas al horno con cebolla, su arroz con pimiento, su pollo al horno con vino y papitas amarillas, y su arroz con leche, aunque su fuerte siempre fueron las cosas de sal. Tengo muchas recetas de ella, que fueron publicadas en un libro de la Cruz Roja, editado a finales de los 70 por las Damas Grises caleñas.
Aquí les comparto una foto de ella muy joven, con mi mamá, el día de su primera comunión. Mi abuela hizo la torta. ¡Feliz cumpleaños abuelita!